PSICOLOGÌA DEL INSTINTO O PROFUNDA

 

Psicología del instinto o profunda

Freud propuso dos grupos en su teoría de los instintos:

●       Instintos relacionados con la conservación del propio sujeto.

●       Instinto sexual o libido.

El instinto es la pulsión, se refiere a la fuerza que empuja el sujeto hacia otra persona u objeto por ende el instinto de conservación pasa a ser la expresión de la libido del propio individuo

En la teoría “De la pulsión a la agresividad” realizada por Freud se descubrió el término narcisismo.

 

Solo existiría la libido como instinto básico, todas las pulsiones giran en torno a esta idea y son puramente libidinales: unas narcisistas, dirigidas al yo y otras objetales.

“Más allá del Principio del Placer” es la obra que Sigmund Freud escribió entre marzo y mayo de 1919, y que es modificada en el invierno de 1920, año de su publicación. donde divide el psiquismo e introduce el concepto de agresividad distinguiendo definitivamente entre las dos funciones del Eros y Thanatos.

El amor viene del yo de autoconservación, pulsiones narcisistas y objetales con el placer como principio básico.

 

Thanatos representa las funciones de la muerte o destrucción alimentadas por la agresividad y con un fin de destrucción el instinto se remonta en la década de 1870 propuesta por Wlhelm Wundt. Esta teoría fue de las primeras en descubrir que los seres humanos son impulsados a ciertos comportamientos.

En “Más allá del Principio del Placer” Freud dice que todo organismo vivo regresa a lo inorgánico “por razones internas” porque “la meta de toda vida es la muerte, y retrospectivamente: lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo.”

“…Las pulsiones orgánicas conservadoras … no pueden sino despertar la engañosa impresión de que aspiran al cambio y al progreso, cuando en verdad se empeñaban meramente por alcanzar una vieja meta a través de viejos y nuevos caminos… La meta de toda vida es la muerte.”

Se distinguen dos tipos de pulsiones: Aquellas que pretenden conducir la vida hacia la muerte y otras, las sexuales, que de continuo aspiran a la renovación de la vida

Cuando Freud plantea que la meta de toda vida es la muerte, implica que el instinto de preservación es un aspecto de la pulsión de muerte porque protege al individuo de morir por razones externas, y lo preserva para razones internas (ableben). Así, Eros permite diferir la muerte.

 

Todas las pulsiones tienen una naturaleza conservadora. Oriental de la vida psíquica y la vida vegetativa junto con ello reconoce que los trastornos psíquicos no tienen su origen únicamente en la sexualidad, sino también en la agresividad, y sus distintas formas.

 

La teoría del instinto de la motivación fue de las primeras en descubrir por qué los seres humanos son impulsados a ciertos comportamientos.

Freud utilizó “instink” para hacer referencia a los aspectos predominantemente biológicos de la pulsión.

Teoría del conocimiento

Immanuel Kant buscó, por encima de todo, enseñar al ser humano a pensar por sí mismo y a rechazar los dogmas de todo tipo, que destruyen la razón y someten el libre pensamiento a ideas fijas. No por ello negaba la importancia del conocimiento previo, al contrario, lo consideraba imprescindible como punto de partida. En este sentido, logró combinar el racionalismo -para el cual la razón es el motor principal en la búsqueda del conocimiento- con el empirismo -que acentúa el papel de la experiencia y la evidencia comprobable-, como caminos complementarios y no excluyentes. El pensamiento kantiano se convirtió así en uno de los más influyentes de la Ilustración.

 

En 1781 publicó la primera de sus obras plenamente maduras y seguramente la más famosa: Crítica de la razón pura, que en su momento no tuvo muy buena acogida, principalmente por su estilo denso y pesadamente académico. Era la primera parte de una serie de obras a la que seguirán Crítica de la razón práctica (1788) y Crítica del juicio (1790). La segunda fue la más influyente en la vida del autor y un nuevo comienzo para una rica producción que, sin embargo, continuó encontrando grandes resistencias por el estilo tremendamente complicado.

Platón estaba convencido que el conocimiento puede alcanzarse, ya que el conocimiento debe ser certero e infalible, además, debe tener como objeto lo que es en verdad real, porque lo que es real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, no obstante, lo real lo consideraba como lo ideal; lo cual se opone al mundo físico, por tanto, rechazó el pensamiento de los filósofos que afirman que todo conocimiento se deriva de la experiencia.

Según Platón, es el conocimiento una participación en las Ideas, las que concebía como los seres reales, y exactamente como tanto el desarrollo de los seres sensibles cuanto la posibilidad de conocerlos dependen del Sol, fuente a la vez del calor con que se desarrollan y de la luz en que se los ve, también el Ser y el conocimiento se derivan ambos de un principio común –un Sol inteligible–, por decirlo así.

Platón distingue dos formas de conocimiento: el sensible (doxa) y el inteligible (episteme). El mundo sensible es el mundo de la opinión (doxa) y el mundo inteligible el dominio de la Ciencia (episteme). El verdadero conocimiento es el que está representado por la episteme, porque es el único conocimiento que versa sobre el Ser y, por tanto, es infalible. El verdadero conocimiento es el conocimiento de las Ideas, porque las ideas son las causas directas de la existencia de todas las cosas; esto significa que la verdadera realidad son las ideas, a las que les llamó formas; a través de las ideas, las cosas existen materialmente y, a través de ellas, pueden conocerse; de aquí parte su concepción que conocer es recordar.

Platón está de acuerdo con Protágoras en que el conocimiento sensible es relativo; pero no admite que sea la única forma de conocimiento. Está de acuerdo también con Parménides en que existe otra forma de conocimiento que es propia de la razón; coincide también con este último que el verdadero conocimiento ha de versar sobre el Ser, no sobre el devenir y que, además, no puede estar sometido a error, es decir, ha de ser infalible.

Referencias:

 

Cortés, H. (2020, February 12). Immanuel Kant: La razón sin ataduras. Historia National Geographic. Retrieved October 15, 2022, from https://historia.nationalgeographic.com.es/a/immanuel-kant-razon-sin-ataduras_15093

La génesis del conocimiento: de la sensación a la razón. (n.d.). Redalyc. Retrieved October 15, 2022, from https://www.redalyc.org/journal/356/35655222002/html/

Schreck, A. (2017, April 27). Más allá del Principio del Placer - Cartapsi. Carta Psi. Retrieved October 15, 2022, from http://www.cartapsi.org/new/mas-alla-del-principio-del-placer/