La homosexualidad, muy frecuente en la infancia, tiene un carácter fugitivo y transitorio. 

La interpretación lombrosiana de esta concurrencia de fenómenos, está basada en qué ambas categorías de anómalos las unen un nexo psicopático en la epilepsia radica la casualidad del delito y la histeria, la de las invasiones sexuales, el delincuente e invertidos son impulsivos, precoces, simuladores y carentes de mecanismos de inhibición. 

Aplicando de manera correcta la endocrinología a los problemas de la generación y del sexo, Vidoni habla de qué depende de la situación armónica del progenitor, la determinación del sexo sea coordinada en el sistema endocrino y está suele relacionarse su naturaleza con la mayor rapidez del progenitor. 

Este mismo autor relaciona que los caracteres sexuales secundarios y las glándulas endocrinas, especialmente de la súper renales provocan una alteración de las glándulas intersticiales que producen síndromes complejos de masculinismo y feminismo, en los caracteres sexuales secundarios contradicen el sexo respectivo. 

El embarazo y la menstruación, presentan graves problemas como la mujer encinta, según Pinar ofrece una rejuvenecimiento físico y un afinamiento moral, que Pende explica que una hiperfuncionalidad de las glándulas endocrinas en el embarazo, produce también trastornos psíquicos que pueden llevar a la comisión de ciertos delitos. 

Hoy en día los crímenes sexuales son susceptibles de curación, existen inyecciones en los testículos principalmente en el enanismo y en la homosexualidad, para restituir, mediante una provocación de secreciones internas, el sentimiento sexual normal, en individuos que no lo tenían.

Bibliografía

Raíz M. (1927). La criminalidad y las secreciones internas. Murcia. Universidad Literaria de Murcia.